viernes, marzo 28, 2008

Gronholm made in La Plata

Por fin tuve mi primera entrevista laboral. En realidad fue una selección de personal para una empresa de insumos informáticos. Procedo a comentarles mi experiencia.

Me dieron cita a las diez de la mañana. Preocupada por quedarme dormida a partir de las seis y media no pude pegar más el ojo: estuve arriba mas temprano que nunca, vi colores de la mañana que no veía sobria hacia mucho tiempo.

Exageradamente salí media hora antes y llegue menos cuarto. No iba a ser tan looser de entrar así que hice tiempo en una librería y cuando faltaban dos minutos encaré para el lugar. Metros antes tomé mi teléfono y consulté saldos antes de entrar como para hacerme la ejecutiva.

Entré. “Hola, soy la feliz elegida para realizar la entrevista de trabajo”- “Si, pasá, y sentáte con los otros quince por favor”. Cinco mesas llenas de vil competencia. Nade habló. A los cinco minutos fuimos invitados a pasar hacia el fondo. Todos nos esforzábamos por dejar pasar primero, por no hacer más ruido que el adecuado, por no mover el bigote ni un milímetro fuera de los estándares convencionales.

Situación de living pre-embarque en la aventura: quince hombres y mujeres distribuidos en cuatro sillones. Diez minutos en silencio. Diez minutos interminables. Yo miraba para arriba, para abajo, adentro de mi cartera buscando absolutamente nada… me daban ganas de reírme. Estaba un poco nerviosa sobre todo porque me parecía bastante ridícula la situación… nadie quería hacerse de amigos ahí, y lo justo era que ni habláramos.


Por fin entramos a la sala de reuniones y nos sentamos a una mesa inmensa. Dos mujeres nos introdujeron al mágico mundo; teníamos que completar una encuesta y después presentarnos. No me voy a hacer la canchera diciendo que no estaba nerviosa, pero la verdad no lo estaba tanto como el primero que tuvo que hablar; su voz parecía salir de las profundidades de algún lugar dónde él mismo había decidido enterrarse antes de entrar a la sala. Otro tipo se puso a contar indiscreciones como la cantidad de plata que le debía el cuñado. El tipo tenia en sociedad una casita de fiestas, y el marido de la hermana se había zarpado armando una pileta tan grande en su casa que no pudo cubrir los costes, razón por la cual habían tenido que cerrar. Así explicó el por qué de su busqueda laboral... Triste. Muy triste. Donald, lo tuyo: “ESTAS DES-PE-DI-DO”.


Lo que siguió fue bien bueno. Una de las chicas de la consultora nos dijo con cara de circunstancia “dibujen en una hoja una persona bajo la lluvia”. El destino quiso meses atrás que mi hermana, en una práctica de la facultad, me hiciera este mismo test. Los resultados del que otrora dibujé habían
sido por lo menos preocupantes; angustia, inseguridad, miedo al futuro… La primera vez había dibujado efectivamente una mujer con un paraguas al costado del cuerpo, completamente mojada por la lluvia, con auriculares y un iPod, con bolsillos, con montañas… No contenta con el resultado me leí el libro de los tests gráficos. Así fue como efectivamente este test lo hice a sabiendas de que hay cosas que no sea hacen, como someter al personaje a las precipitaciones directas. Le siguió a ésto otro test, y aunque ese ya no lo sabía, lo importante era no reflejar ni un atisbo de locura y mi mujer bajo la lluvia estaba exacta.

(Fue algo así, pero la verdad es que Pablo Echarri no estaba)

(CLICK)

Cuando terminó, cada uno se fue para su lado, sin saludar, sin siquiera mirarnos. A los preseleccionados los llamarían dentro de los próximos veinte días.

Esténse atentos a partir de hoy, quizás en unos meses me comunique con ustedes para notificarlos de que ya está lista su impresora. O quizás no. O si. O no... la vida es como una caja de bombones... uno nunca sabe qué le va a tocar.


Así las cosas. No es mi entrada mas inspirada. Lo sé. Ultimamente me levanto mas extraña que la ficción (cuac). Los invito a que si tienen una experiencia rica en entrevistas laborales, y quieren dejar algún "tip" que pueda ayudar a quienes buscamos ganarnos la vida, lo hagan. Por mi parte ya saben, las personas bajo la lluvia siempre deben tener paraguas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora entiendo muchas cosas. Las pocas veces que tuve que dibujar a alguien me invitaron además a armar una historia para ese personaje. Siempre eran historias cómicas, o al menos intentaban serlo. Y las únicas dos veces que lo hice conseguí el trabajo.

Quizas no tenga nada que ver, pero creo que mientras los dejan a todos solos, de algún lado los espían esperando reacciones. La próxima vez tendrías que optar por ser todo lo contrario... romper el hielo, y quizas los prejuicios.

Tántalo dijo...

lo mejor es desnudarte y gritar: "hagan conmigo lo que quieran!" y vas a ver como pasas....
Una vez lo hice. Hoy estoy en RRHH y haciendo test para gente como vos.

Lucha dijo...

Gracias carpa por los consejos. Admito que yo también pensé que alguien debía estar observandonos mientras estabamos en ese living esperando a entrar...

Querido Tántalo, es arriesgado lo que decís, pero si te funcionó debería probar a ver que pasa. Supongo que a a algo así se debe referir carpa con esto de romper el hielo! jajaja

Anónimo dijo...

Todavía no encontré una respuesta satisfactoria a la típica pregunta de entrevista laboral "Decime un defecto tuyo". Puesto a mentir, cualquier cosa que contestes te hunde, ya sea por vanidoso ("no tengo defectos"), por inverosímil ("soy demasiado honrado, rayando la compulsión... nunca toco un mango ajeno") o por venal ("hagan conmigo lo que quieran"). Y si vamos a sincerarnos con el entrevistador (que suele tener una mirada astuta, de una penetración psicológica estilo Ben, el jefe de Los Otros -de la serie Lost-) el recurso más autocomplaciente posible consistiría en nombrar una neurosis menor, que ni por asomo pueda medrar la capacidad de trabajo que aparentamos tener... ¿pero cuál podría ser por ejemplo?