jueves, septiembre 11, 2008

Padecer de divanismo.

Necesito enloquecer un poquito. Y es que transito una meseta de rutinarismo ordinario y aburrido, acompañado por la tranquilidad que me brindan dos sesiones de terapia semanales y algunos placeres sustitutivos esporádicos; cuando se puede de esos que satisfacen el barbárico instinto que todos y todas llevamos dentro, aunque Freud no haya querido admitirlo, o se haya esforzado en cambiarle de nombre. Y ya que hablo con Sigmund quiero decirle algo en público: yo no firmé ningún papel donde renunciara a nada.

Mis problemas se reducen ahora a un pequeño cuarto donde los saco a relucir y cuando salgo de ahí no hay más ganas de enroscarse;


“Ring”- “Adelante”- Me siento- Abro la cajita- Cierro la cajita- Clin caja. Todos contentos; Pandora vuelve a dormir.


La culpa es de Edipo por cogerse a su vieja, de Poldy Bird por escribir tanta basura, y de Deus ex machina por ser tan vigilante. La culpa no es mia.


Lo cierto es que si bien estoy aprendiendo en estos días a encontrarle el gusto a actividades tan sanas como no preocuparse por lo inevitable, no es menos cierto que comienzo a preguntarme si al final tiene alguna gracia. A veces tengo ganas de que me den dos descargas de electroshock para reavivar mi arrebatada, desubicada y nunca bien ponderada locura. Y a veces no... a veces solo descanso tranquila… Pero no me engaño. Es pura vanidad. Compadecerse de uno mismo no es llegar a ningún lado, sino tan solo demorar la conclusión a la que nadie quiere llegar. En fin. Me estoy enroscando, así que;


-"¿la seguimos la próxima?"


1 comentario:

BTKS+PONCE+FUZOO dijo...

Està chido ( as we say in mexico ) este blog. Saludos LUCHA.