martes, octubre 28, 2008

Llegará el día...

Muchas veces uno presiente que está a punto de ocurrir alguna cosa… En ocasiones no se sabe bien qué es, pero por lo general se tiene al menos la intuición de que será bueno, o será malo. Mis expectativas respecto a la apertura de las puertas hacia el mágico mundo de la fortuna han ido creciendo en estos días… Basándome en hechos que lo demuestran, esta vez siento que algo grande llegará a mi gracias al destino. Un claro ejemplo de que me está llegando el momento es, sólo por citar algo, lo acaecido el pasado domingo en horas de la tarde, cuando arribé a la para nada despreciable ecuación que me permitió comprender que Topo Gigio no es solo una vieja rata inútil y de voz apitazada sino que:

(Nota; cada porción representa una pizza, cortesía de "Los Santos" la pizzería mas rica de Tolosa)

Fue en un concurso radial donde me hice la feliz acreedora de dos tortones de muzzarella y medio kilo de dulce congelado! YEAH. Nadie sabe a ciencia cierta cuál fue la pregunta a responder en este concurso, lo cierto es que el locutor se empeñaba tontamente en decir una y otra vez la respuesta y no tuve mas remedio que llamar y ganar. El destino que le dicen.

No contenta con tremenda seguidilla de golpes de suerte (¿?), este mediodía acerté una apuesta sin premio que consistía en adivinar los dos primeros titulares que aparecerían en el noticiero del mediodia de canal américa… Ahi van las respuestas ganadoras;

“La inseguridad otra vez golpea el conurbano, un pobre ciudadano (que paga sus impuesto mes a mes) fue brutalmente asaltado por unos menores inescrupulosos”

A lo que le siguió:

“Martínez- el padre del actor Mariano Martínez- cada vez mas complicado en la causa del triple crimen. Mariano está deprimido”

... Está bien, ok. Eso no es suerte...

Volvamos a lo importante. A partir de este y otros importantes hechos no menos grandiosos me empecé a embalar con este tren de suerte y volví a comprar chicles.

- ¿Cómo es eso?- Se preguntará alguien en algún lugar…

Y es que abrir un paquete de chicles me producía en otros tiempos una sana exitación… Si bien en su interior casi siempre está la goma de mascar recubierta en papel- y es normal que así lo sea- ésta expectante emoción que aparece justo en ese momento la arrastro desde hace algunos años. Aunque la promoción terminó hace mucho, nunca perdí la esperanza de abrir el paquete y VOILÄ!

una seguidilla de chiclecitos de envoltorio dorado…

Es que tal y como Charlie Bucket cuando compró un Willy Wonka y terminó sacando su soñado billete, yo todavía espero que me toque el papel especial...


Ya no recuerdo cual era el premio. Ojalá no haya sido una expedición a la fábrica de veldent. Y aunque nunca conocí a nadie a quien le haya tocado, no pierdo las expectativas de que por estos días por fin me encuentre con la verdadera Suerte... Siento que ando muy cerca... hasta creo que le estoy rosando la mano... Llegará el día, lo sé, en que pueda atrapar a esa arisca, escurridiza y por momentos retorcida amiga, La Suerte... Va a llegar. Si.

1 comentario:

Franco Frau dijo...

por dios! no paro de reirme, encima verte con pelo blanco y fleco al lado del señor de los chocolates. hace que casi te llame por tel pasadas las 3am
ok te quiero pero no quiero perjudicar tu dormir.
besossssss